¡Los gestos de bondad nunca se olvidan! (en español y portugués)

 

La reflexión que voy a compartir en esta ocasión será breve. Como en la mayoría de los temas, no tengo todas las respuestas, pero creo que, aun así, puede ayudarlos a todos.

Voy a hablar de una característica personal, la cual solo descubrí su importancia, progresivamente, hace poco tiempo. Actualmente la veo tan esencial en la vida de una persona que la considero el secreto de la felicidad.
Me estoy refiriendo a la gratitud (como también lo mencioné en mi artículo “El mejor regalo de mi vida”).

Los gestos de bondad nunca se olvidan.


Esto es lo que me surgió decirle de forma espontánea a una amiga de la infancia cuando me preguntó ¿cómo me podía acordar de aquella actitud bondadosa que había tenido conmigo cuando éramos niñas?
Otra situación que también me hablaba de gratitud me sucedió en un diálogo con otra amiga del colegio, solo que en esta ocasión era en el sentido inverso. Ella después de muchos años aún recuerda y valora las pequeñas ayudas que yo algunas veces le di durante las difíciles aulas de matemáticas.
Es importante hacer retrospectiva de nuestras vidas y rescatar los momentos especiales que todos hemos tenido, estos breves ejemplos son algunos de los muchos que gradualmente me fueron introduciendo en el tema central de este artículo.

La gratitud es el tesoro de los humildes.

Pero fue solo cuando leí esta frase, que descubrí que el tema de la gratitud estaba incompleto si no se ligaba al de la virtud de la humildad. En seguida me pregunté ¿será posible encontrar en el mundo personas que logren vivir ambas características?
La intuición de que está reflexión me estaba llevando a algo importante me permitió observar a mi alrededor en busca de más respuestas. Yo podría ser una persona poco agradecida y bastante orgullosa, pero si encontrase a alguien que no lo fuese, tendría alguna esperanza para mi vida.
Les confieso que la búsqueda fue más fácil de lo que esperaba. Existen sí, personas agradecidas y humildes… y algunas de ellas hacen parte de mi convivio cotidiano.
La conclusión a la cual llegué es que las personas humildes son felices y agradecidas. Pareciera que está combinación de variables hace que una característica exista, solo porque existe la otra.
El ser ingrato y orgulloso, contrario a lo que describí al inicio, nos encierra en nosotros mismos porque nos hace ver la realidad a partir de uno, sintiéndonos siempre en el derecho de recibir todo de todos, sin dar nada a cambio. El egocéntrico siempre será infeliz porque estará insatisfecho y frustrado al no valorar los bienes recibidos, vengan de Dios o vengan de los hombres.
Terminaré diciéndoles que la gratitud y la humildad son solo en algunos casos excepcionales características innatas. La mayoría de nosotros necesitamos aprenderlas. Eduquémonos en ellas, y si tenemos hijos, eduquémoslos a ellos también… solo así les estaremos dando grandes herramientas en la búsqueda cada vez más frecuente por la felicidad…

Os gestos de bondade nunca são esquecidos!

A reflexão que compartilharei nesta ocasião será breve. Como na maioria dos assuntos que já desenvolvi, não tenho todas as respostas, mas acho que mesmo assim, ainda, pode ajudar alguém.
Vou falar sobre uma característica pessoal, que só descobri sua importância, progressivamente, há pouco tempo. Hoje eu a considero tão essencial na vida de uma pessoa que chega a ser o segredo da felicidade.
Estou falando da gratidão (como também falei no meu artigo "O melhor presente da minha vida").

Os gestos de bondade nunca são esquecidos.

Foi o que eu disse espontaneamente a uma amiga de infância quando ela me perguntou como eu poderia me lembrar daquela atitude gentil que ela teve comigo quando éramos crianças?
Outra situação que também me falou de gratidão aconteceu comigo em um diálogo com outra amiga da escola, só que dessa vez foi ao contrário. Depois de muitos anos, ela ainda se lembrava e valorizava os pequenos auxílios que às vezes dava a ela durante as nossas difíceis aulas de matemática.
É importante olhar para trás em nossas vidas e resgatar os momentos especiais que todos nós tivemos, esses breves exemplos foram alguns dos muitos que gradualmente me ajudaram a pensar no tema central deste artigo.

A gratidão é o tesouro dos humildes.

Mas foi somente quando li esta frase que descobri que o tema da gratidão estava incompleto se não estivesse ligado ao da virtude da humildade. Eu imediatamente me perguntei se seria possível encontrar no mundo pessoas que conseguem viver ambas as características?
A intuição de que essa reflexão estava me levando a algo importante me permitiu procurar mais respostas. Eu poderia ser uma pessoa ingrata e orgulhosa, às vezes, mas, se eu encontrasse alguém que não o fosse, eu teria alguma esperança para a minha vida.
Confesso que a busca foi mais fácil do que eu esperava. Há sim, pessoas gratas e humildes... e algumas delas fazem parte do meu dia a dia.
A conclusão a que cheguei é que pessoas humildes são felizes e gratas. Parece que essa combinação de variáveis faz com que uma característica exista, só porque a outra existe.
Ser ingrato e orgulhoso, ao contrário do que descrevi no começo, nos envolve em nós mesmos, sentindo-nos no direito de receber tudo de todos, sem dar nada em troca. O egocêntrico sempre será infeliz porque ficará insatisfeito e frustrado por não valorizar os bens recebidos, sejam eles provenientes de Deus ou vindos dos homens.
Terminarei dizendo que a gratidão e a humildade são apenas, em alguns casos excepcionais, características inatas, pois a maioria de nós precisamos aprendê-las. Vamos tentar nos educar nelas, e se tivermos filhos, vamos educá-los também... só assim daremos a eles grandes ferramentas na busca cada vez mais frequente pela felicidade...

Comentários

  1. Martha, gostei muito desse artigo!
    Uma excelente oportunidade de reflexão. Obrigada.

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