Unción de los enfermos - Nuestra Pascua en la tierra (micro cuento en español y portugués).
La oscuridad de la noche entraba por la ventana acentuando el sentimiento de impotencia que tenía ante el sufrimiento de mi esposo. Su mamá, mi suegra, estaba pasando por el nivel más avanzado de su enfermedad y sabíamos que el final era inminente.
Mientras lo miraba sobrecogida sin saber cómo ayudarlo, me dijo con el dolor reflejado en el rostro, que necesitaba viajar a Lima a ver a su mamá para estar lo más cerca posible, a ella, en este tránsito a la vida eterna.
Coincidentemente mientras buscábamos un pasaje de avión para que él viaje al día siguiente, recibí una llamada de mi hermano.
Son en momentos como estos que la distancia física de vivir en países diferentes se acentúa. Todas las facilidades de comunicación que la tecnología nos proporciona presentan su limitación en situaciones donde solo la presencia física se hace necesaria.
La llamada de mi hermano también era alarmante, él me contaba que mi mamá estaba con una infección, de las muchas que ya le habían dado por consecuencia del Alzheimer que padecía desde hacía cuatro años. Por ese motivo no me alarmé mucho en un primer momento, sentimiento que cambió cuando nos dijo que, en esta ocasión, había tenido que ser internada en el hospital.
Está llamada, lógicamente, cambió la perspectiva que teníamos del viaje de Lucho y por precaución decidimos viajar los dos, él por su mamá y yo por la mía. Esta experiencia que cuento me introdujo en una realidad misteriosa que es la del Sacramento de la Unción de los enfermos.
Escribir este artículo no es fácil porque remueve los sentimientos intensos que tuve cuando llegué al hospital y vi a mi mamá inconsciente. Me emocionó mucho verla y hablarle con la conciencia de que si no me respondía algo de lo que le decía al abrirle mi corazón, al menos ella iría a sentir mi presencia ahí.
Cuánto tiempo pasé a su lado, no lo sé, lo que sí recuerdo es que en algún momento me di cuenta de que algo estaba faltando. Nunca había pasado por esta experiencia, ya que la convalecencia de mi papá la pasé lejos. Lo que faltaba era que ella recibiera el sacramento de la unción, el sacramento en el que uniría su vida y su sufrimiento a la cruz de Cristo, en el que todos sus pecados serían perdonados y que le darían la garantía de la vida eterna.
Mientras escribo viene a mi memoria el sueño que tuve unos días antes a esa experiencia en el que vi a mi papá vestido con un terno plateado, lo que después me hizo pensar que él la estaría esperando para juntos vivir su amor en la eternidad.
El día de mi visita al hospital fue largo pero la providencia me ayudó. Gracias a Dios pude llevarle a un padre que con mucha generosidad en menos de una hora llegó a darle la unción lo cual la preparó para que en la tarde partiera a la casa del Padre, al encuentro con Dios y con Martín, su amado esposo.
Mi suegra esa semana también recibió el sacramento de la unción, solo que a ella Dios le permitió vivir unos días más para poder despedirse de todos los seres queridos que en el caso de ella son muchos y así poder encontrarse en el momento correcto con Cristo a quien ella tanto amaba…
Unção dos Enfermos - Nossa Páscoa na Terra
A escuridão da noite entrou pela janela acentuando o sentimento de pesar que eu tinha diante do sofrimento do meu marido. A mãe dela, minha sogra, estava passando pelo estágio mais avançado de sua doença e sabíamos que o fim era iminente.
Quando olhei para ele sem saber como ajudá-lo, ele me disse com a dor refletida em seu rosto, que precisava viajar a Lima para ver sua mãe o mais rápido possível e poder estar assim, junto dela, nesse trânsito para a vida eterna.
Coincidentemente, enquanto procurávamos uma passagem de avião para ele viajar no dia seguinte, recebi uma ligação do meu irmão.
É em momentos como estes que a distância física de viver em diferentes países se acentua. Todas as facilidades de comunicação que a tecnologia nos fornece apresentam sua limitação em situações em que apenas a presença física é necessária.
A ligação do meu irmão também foi alarmante, ele me disse que minha mãe estava com uma infecção, das muitas que ela teve como resultado do Alzheimer que sofria há quatro anos. Por essa razão eu não estava muito aflita no início, um sentimento que mudou quando ele nos disse que, nesta ocasião, ela teve que ser internada no hospital.
Essa ligação, logicamente, mudou a perspectiva que tínhamos da viagem de Lucho e, por precaução, decidimos viajar ambos, ele por sua mãe e eu pela minha. Essa experiência que eu conto me apresentou a uma realidade misteriosa que é a do Sacramento da Unção dos Enfermos.
Escrever este artigo não é fácil porque remove os sentimentos intensos que tive quando cheguei ao hospital e vi minha mãe inconsciente. Eu estava muito animada para vê-la e falar com ela ainda que com a consciência de que se ela não respondesse algo do que eu dissesse enquanto abria meu coração para ela, pelo menos ela sentiria a minha presença.
Quanto tempo passei ao lado dele, não sei, o que me lembro é que em algum momento percebi que algo estava faltando. Eu nunca tinha passado por essa experiência, a convalescença do meu pai a vivi de longe. O que faltava era que ela recebesse o sacramento da unção, o sacramento no qual ela uniria sua vida e sofrimento à cruz de Cristo, na qual todos os seus pecados seriam perdoados e que lhe dariam a garantia da vida eterna.
Enquanto escrevo, lembro de um sonho que tive alguns dias antes daquela experiência em que vi meu pai vestido com um terno prateado, o que mais tarde me fez pensar que ele poderia estar esperando por ela para viver seu amor juntos na eternidade.
O dia da minha visita ao hospital foi longo, mas a providência me ajudou. Graças a Deus pude contatar um sacerdote que com muita generosidade em menos de uma hora veio dar-lhe a Unção que a preparou para que à tarde ela partisse para a casa do Pai, para se encontrar com Deus e Martin, seu amado esposo.
Minha sogra naquela semana também recebeu o sacramento da Unção, só que Deus permitiu que ela vivesse mais alguns dias para poder dizer adeus a todos os parentes queridos que no caso dela são muitos e, assim, ser capaz de se encontrar na hora certa com Cristo a quem ela tanto amava...
En los detalles, en segundos o minutos, se juega un recuerdo imborrable, gracias por compartir Martha
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