Algunos ecos de mi infancia.(microcuento en español y portugués)
Foto: Public Information Office Dentro de los ecos de mi memoria está mi casita de Estocolmo que no estaba ubicada en Suecia ni en ningún lugar remotamente parecido. Ese era el apelativo que le dábamos a la flamante y tan esperada casa, que mis papás habían comprado con mucho sacrificio, en referencia al nombre de la calle donde fue construida en el distrito de San Miguel. Este apelativo tan singular lo usábamos para diferenciarla de nuestra antigua casa alquilada, a la que designamos como “la de Santa Cecilia”, haciendo alusión a la urbanización en cuestión. ¿Por qué usábamos criterios diferentes para nombrar a nuestras viviendas? No lo sé porque nunca pregunté. Lo que sí sé es que nuestra casa de Santa Cecilia quedaba en una calle llamada Las Oropéndolas. Las oropéndolas era una palabra bastante sofisticada para mi gusto despertando mi curiosidad por saber lo que significaba. Al poco tiempo, después de algunas preguntas a las personas correctas, descubrí que ese era el nombr