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Mostrando postagens de setembro, 2020

Mi camino de búsqueda y de reencuentro… de la mano del Siervo de Dios, Gaudí. (Español y Portugués)

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  Estaba cursando el tercer ciclo de estudios y, sentada en la biblioteca de la Facultad de arquitectura, ojeaba con interés un libro que tenía hermosas imágenes coloridas impresas. En esa época, familiarizarme con obras arquitectónicas era algo que tenía que hacer con esfuerzo ya que no existía internet y las revistas como Arquitectural Record o PA tenían precios absurdos, para el bolsillo pragmático de mis papás contadores, que eran los que me sustentaban. También tengo que confesar que, por no haber nacido en un hogar donde hubiese un convivio cotidiano con la ingeniería o la arquitectura, cada vez que descubría un gran arquitecto, tenía la sensación de estar participando de una revelación. El libro que leía con atención ese día estaba encuadernado en formato elegante, hecho exclusivamente sobre la obra del arquitecto catalán Antonio Gaudí y fue ahí donde encontré una frase de él, que me impresionó de forma particular. “La recta es la línea del hombre… la curva es la línea de Dios”

Los personajes, siempre actuales, de la obra “Orgullo y Prejuicio” de Jane Austen (Español y Portugués)

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  “Así ella ya va / Encontrar el muchacho que la quiera / Como tú no quisiste hacer Si, yo sé que ella va / Encontrar alguien para la vida entera / Como tú no quisiste hacer” * Mientras escuchaba esta canción del grupo brasilero Skank, este fragmento me hizo recordar algunas experiencias personales bastante semejantes, semejantes también a otras ofrecidas por la escritora Jane Austen en alguna de sus obras… Cesar, era mi compañero en la universidad, él se destacaba de los otros por ser atractivo y seductor, así como el Sr. Wickham, uno de los personajes emblemático de la literatura de Jane Austen.  Él, al igual que el personaje, también deslumbraba en un primer momento, desilusionando después, ya que, al querer satisfacer su propia vanidad, había desarrollado el hábito de jugar con los sentimientos de las chicas a las que atraía con su charme. Para mi suerte, poco después de esta fugaz decepción que no me dejó ninguna marca especial en el corazón, conocí a Lucho… mi Sr. Darcy quien, co