Una confianza plenamente retribuida (Microcuento en español y portugués)
Foto: Zupermar Nuestra casa alquilada era linda, quedaba en Santa Cecilia, una urbanización cerca del cruce de la Avenida Venezuela con la Avenida Faucett. La sala era amplia, tenía una escalera con un pasamanos de madera sobre puesta a una estructura de metal con diseños parecidos a los de la gran ventana que había en la entrada de la casa. El baño de visitas tenía unos azulejos negros, que dejaban ver el esmero en la decoración. La atención que yo ponía al observar estos detalles de la casa, de alguna forma ya revelaban mi vocación de arquitecta que se manifestaría después. En la mesa del comedor Sabina había colocado las leches y los panes con mantequilla que serían nuestro desayuno. Yo siempre esperaba ansiosa las vacaciones para poder dormir hasta tarde, pero cuando las vacaciones de verano finalmente llegaban, era tanta la luz que entraba por la ventana del cuarto, que me resultaba imposible continuar durmiendo. Mi mamá y mi papá habían salido, desde temprano, para ir a trabaja